CAFE CON LETRAS
Por MINERVA LOPEZ MENDEZ
en silencio el corazón dice y suspira
Vaya con Dios mi vida
vaya con Dios mi amor.
Las campanas de las iglesias suenan tristes
y parecen que al sonar también te dicen
Vaya con Dios mi vida
vaya con Dios mi amor…”
Canción en la voz de María Dolores Pradera.
De la “amenazante” caricatura denominada Popetown -que ha puesto a los católicos –inclúyanme- casi al borde de una neo cruzada aunque mediática en plenitita Santa Semana a los dislates de López Obrador para hundir su propia campaña, a la captura del capo de capos allende el mar, donde por cierto los delincuentes no son invisibles, los actores políticos mexicanos parecen decididos a echar por la borda toda reflexión sobre la realidad nacional.
Y es que, mientras en la mesa de los candidatos habrá –por supuesto y lujosísima- Cena Pascual en la inmensa mayoría de los poblados de este país se aplicará el dicho de que para el pobre, cuando hay para carne es vigilia. Solo que desde hace un buen tiempo todo el tiempo para todo pobre es vigilia. Para muestra los índices de pobreza del INEGI, los programas sociales y la realidad en cualquier esquina de esta capital.
Con Madrazo repuntando en el ánimo electoral, en un fenómeno bastante previsible debido a las chachalaquerías de su paisanísimo adversario, con Beatriz Paredes que ¡al fin! le pone entusiasmo a su campaña, con un Felipe Calderón que teniendo todo para una campaña efectiva aparece tan orondo en los medios cruzando dos machetes en una carnicería como cualquier encanijado opositor al aeropuerto, el perredista puntero en las encuestas parece dispuesto a cometer más errores para revertir su popularidad como si le tuviere miedo al triunfo, que por cierto en Roberto Madrazo eso de triunfar, es una costumbre.
Basta preguntarle a AMLO quién le ganó en su propio estado. O a la Maestra.
Mejor a otra cosa lector, y comparto con usted unos versos ---–entre la ironía y el sarcasmo que nos lleva de Catulo a Marcial y a Cardenal--- del poeta español José Agustín Goytisolo, denominado Fecha memorable, de su libro Sobre las circunstancias, Editorial Laia, Barcelona, 1983:
“El día que aquel necio te dejó
tuviste mucha suerte. Piensa que ahora
no desconoces ya su poquedad
y señala esa fecha con una piedra blanca.”
cafeconletras@gmail.com
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