Blogia
REPORTAJES METROPOLITANOS

PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO

PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO
  • EN MILPA ALTA
Por MANUEL MAGAÑA CONTRERAS
Con una impresionante caminata nocturna parecida a la del Santo Sepulcro en Sevilla, España, la Procesión del Santo Entierro en Milpa Alta, este Viernes culmina en medio de una gran devoción la serie de Vía crucis en el Distrito Federal y su zona conurbada.
Unos siete mil dolientes acompañan el féretro  en donde se representa el Cuerpo de Cristo, una vez que fue bajado de la cruz, tras la dolorosa agonía a que fue sujeto por sus verdugos.
De acuerdo a la tradición de muchos años, todos los dolientes llevan un  cirio para iluminarse en medio de las tinieblas de la noche, en el trayecto que va del templo de Nuestra Señora de la Asunción hasta el de Nuestra Señora de la Luz.
Esta ceremonia litúrgica cobra día más fama internacionalmente, ya que cada vez son más los turistas extranjeros que visitan el evento, para fotografiarlo y testimoniar la cultura y religión de los mexicanos.
Un dato sintomático en relación al Vía crucis de Iztapalapa y a la Procesión del Santo Entierro en Milpa Alta consiste en que en ambas tradiciones el Caudillo del Sur y Apóstol de la Reforma Agraria en México, general Emiliano Zapata, las impulso. 
En Iztapalapa, donde el Vía crucis se realiza desde mediados del Siglo XIX para agradecer al Creador que libró a los habitantes de una mortal peste, en 1913, Zapata prestó sus caballos y dio el dinero que se necesitaba para que se efectuara esa celebración de agradecimiento a Dios, por el bien recibido al desaparecer la epidemia.
Además, el caudillo del Sur otorgó todas las garantías para que esa tradición de Semana Santa no fuera suspendida.
En el territorio de la hoy delegación Milpa Alta, Zapata estableció su cuartel general, concretamente en San Pablo Oztetepec, donde existe un museo en su memoria.
Los organizadores del Vía crucis de Iztapalapa y los de la Procesión del Santo Entierro, en Milpa Alta, le guardan gratitud al general Emiliano Zapata y lo tienen siempre presente en las oraciones de Cuaresma y Semana Santa.
La representación del Vía crucis en Milpa Alta se realiza con singular respeto, porque no permite que participen personas que representen los roles bíblicos de la Muerte del Redentor.
Cliserio Sapien y Medardo Meza, miembros de la Mayordomía que organiza las representaciones de Semana Santa, junto con las autoridades civiles eclesiásticas, afirman que se utilizan imágenes y esculturas.
La población estima que este sistema es el más adecuado porque guarda el respeto debido a los personajes que se representan, principalmente a Jesucristo y la Virgen María.
Añaden que como en todos los casos, la crucifixión concluye al filo de las tres de la tarde, luego del tradicional recorrido por las calles donde se escenifica el Víacrucis.
Tras morir el Redentor, se suceden las horas de amarga soledad que sufre la Virgen María al pie de la cruz, junto con María Magdalena, María Salome y el apóstol San Judas.  Se procede a la representación del descenso del Cuerpo de Cristo.
Cerca de las nueve de la noche –horario de verano--, cuando ya se han ocultado las luces del día, empieza lentamente la procesión para la representación del entierrodel Cuerpo de Jesús en el sepulcro de José de Arinatea.
El espectáculo de miles de dolientes es impresionante, ya que inician la caminata con lentitud, alumbrados por las luces de los cirios que portan cada uno.
Entonan cantos fúnebres que resaltan la majestuosidad del momento.
La Vida en Milpa Alta parece detenerse para entregarse a la evocación del momento en que Cristo es bajado al sepulcro, donde resucitó al tercer día, con lo que abrió las puertas de la gloria, según los sagrados textos.

 

0 comentarios