CHALMA, FE O SUPERSTICION
Por ELVIA ANDRADE BARAJAS
--- II parte ---
La frase “ni yendo a bailar a Chalma”, al igual que la devoción a su santo va en aumento, pero junto a su fama crece la superstición de costumbres típicas y pintorescas de los peregrinos que exponen a la religión a las criticas y burlas de sus eternos enemigos.
El padre Juan Carlos Blancas Sánchez, que oficia en el templo del Señor de Chalma, añade que que esto ocurre porque “el hombre se siente como una oveja sin pastor y busca la penitencia como una forma de lavar sus culpas y alcanzar lo imposible”.
Sentencia que “el modernismo, la ciencia, la tecnología y el Internet ofrecen al hombre soluciones mágicas a sus problemas hasta sumergirlo en prácticas de magia negra y satanismo, que lo vacían espiritualmente, orillándolo a perder su proyecto de vida.
Actualmente, resalta, el hombre quiere lograrlo todo cómodamente sin importar los medios que utilice, lo que aumenta su irresponsabilidad y agrava la crisis de valores morales.
Al sentir el vacío espiritual y enfrentar una serie de problema, buscan el reencuentro con Dios.
Por eso, muchos vienen a suplicar los favores del Señor de Chalma, pero se apegan más a la superstición que a la religión, pese a que los padres agustinos advierten a los fieles que no tienen que sujetarse a éstas, sino a los sacramentos y a la oración.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cansados y yo los aliviaré”, se lee a la entrada del Santuario, bajo el balcón del coro del Señor de Chalma, resguardado por dos hospederías, que se abren por las noches para dar albergue a los peregrinos que pernoctan aquí.
El portón del santuario es flanqueado por dos grandes estacas en las que los fieles depositan las coronas de flores.
“Esta es otra de las tradiciones adoptadas por la gente, que representa el triunfo de haber llegado a visitar al Señor de Chalma, ya que el camino es largo y peligroso”, Asegura el prelado.
En Chalma el 90% de los pobladores son comerciantes. Viven de la venta de coronas de flores, garrafones para llevar agua de manantial, imágenes de santos, crucifijos del Señor de Chalma, fotografías turísticas, alimentos, frutas del lugar y tortillas hechas a mano, entre otros.
“La Danza Encantada” es una de las tradiciones de este lugar. Los peregrinos bailan por las noches en el cerro “para ver volar las brujas”, que en realidad son chispas que lleva el viento de los incendios de pastizales que provocan campesinos en sus parcelas para quemar lo que no sirve, explica el franciscano Jorge Ayala.
Las siete visitas es otra de las leyendas, en la que aseguran que el que va por primera ves a Chalma tiene que regresar seis veces, aunque antes se le conceda lo que pidió , porque de lo contrario podría irle peor.
Por ello, muchos visitan siete altares dentro del mismo santuario.
Blancas Sánchez opina que estas supersticiones deben desaparecer, porque el Señor de Chalma no demanda de ellas. La oración es suficiente, insiste.
Blancas Sánchez explica que desde su aparición en 1539 el Señor del Cristo se vio envuelto en leyendas.
Se cuenta que en una ocasión los frailes agustinos que tenían la enmienda de evangelizar la región de Ocuila y Malinalco, donde se idolatraba al Dios Ostolteoc –dios de las cuevas--. Vieron a unos indígenas que cortaban el camino hacia esta barranca.
Al seguirlos, descubrieron que adoraban a Ostolteoc y que sacrificaban niños y jóvenes para venerarlo.
Los frailes decidieron quitar ese ídolo y poner en su lugar un Cristo, pero cuando iban a hacerlo se encontraron con que ya estaba ahí la imagen del Señor de Chalma. A sus pies yacía destruido el ídolo de barro. Nadie sabe quién llevó ahí al santo patrono de este lugar, que representa un Cristo muerto, que ha hecho infinidad de milagros a los vivos.
elviaandrade1@hotmail.com
--- II parte ---
La frase “ni yendo a bailar a Chalma”, al igual que la devoción a su santo va en aumento, pero junto a su fama crece la superstición de costumbres típicas y pintorescas de los peregrinos que exponen a la religión a las criticas y burlas de sus eternos enemigos.
El padre Juan Carlos Blancas Sánchez, que oficia en el templo del Señor de Chalma, añade que que esto ocurre porque “el hombre se siente como una oveja sin pastor y busca la penitencia como una forma de lavar sus culpas y alcanzar lo imposible”.
Sentencia que “el modernismo, la ciencia, la tecnología y el Internet ofrecen al hombre soluciones mágicas a sus problemas hasta sumergirlo en prácticas de magia negra y satanismo, que lo vacían espiritualmente, orillándolo a perder su proyecto de vida.
Actualmente, resalta, el hombre quiere lograrlo todo cómodamente sin importar los medios que utilice, lo que aumenta su irresponsabilidad y agrava la crisis de valores morales.
Al sentir el vacío espiritual y enfrentar una serie de problema, buscan el reencuentro con Dios.
Por eso, muchos vienen a suplicar los favores del Señor de Chalma, pero se apegan más a la superstición que a la religión, pese a que los padres agustinos advierten a los fieles que no tienen que sujetarse a éstas, sino a los sacramentos y a la oración.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cansados y yo los aliviaré”, se lee a la entrada del Santuario, bajo el balcón del coro del Señor de Chalma, resguardado por dos hospederías, que se abren por las noches para dar albergue a los peregrinos que pernoctan aquí.
El portón del santuario es flanqueado por dos grandes estacas en las que los fieles depositan las coronas de flores.
“Esta es otra de las tradiciones adoptadas por la gente, que representa el triunfo de haber llegado a visitar al Señor de Chalma, ya que el camino es largo y peligroso”, Asegura el prelado.
En Chalma el 90% de los pobladores son comerciantes. Viven de la venta de coronas de flores, garrafones para llevar agua de manantial, imágenes de santos, crucifijos del Señor de Chalma, fotografías turísticas, alimentos, frutas del lugar y tortillas hechas a mano, entre otros.
“La Danza Encantada” es una de las tradiciones de este lugar. Los peregrinos bailan por las noches en el cerro “para ver volar las brujas”, que en realidad son chispas que lleva el viento de los incendios de pastizales que provocan campesinos en sus parcelas para quemar lo que no sirve, explica el franciscano Jorge Ayala.
Las siete visitas es otra de las leyendas, en la que aseguran que el que va por primera ves a Chalma tiene que regresar seis veces, aunque antes se le conceda lo que pidió , porque de lo contrario podría irle peor.
Por ello, muchos visitan siete altares dentro del mismo santuario.
Blancas Sánchez opina que estas supersticiones deben desaparecer, porque el Señor de Chalma no demanda de ellas. La oración es suficiente, insiste.
Blancas Sánchez explica que desde su aparición en 1539 el Señor del Cristo se vio envuelto en leyendas.
Se cuenta que en una ocasión los frailes agustinos que tenían la enmienda de evangelizar la región de Ocuila y Malinalco, donde se idolatraba al Dios Ostolteoc –dios de las cuevas--. Vieron a unos indígenas que cortaban el camino hacia esta barranca.
Al seguirlos, descubrieron que adoraban a Ostolteoc y que sacrificaban niños y jóvenes para venerarlo.
Los frailes decidieron quitar ese ídolo y poner en su lugar un Cristo, pero cuando iban a hacerlo se encontraron con que ya estaba ahí la imagen del Señor de Chalma. A sus pies yacía destruido el ídolo de barro. Nadie sabe quién llevó ahí al santo patrono de este lugar, que representa un Cristo muerto, que ha hecho infinidad de milagros a los vivos.
elviaandrade1@hotmail.com
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juan francisco arias gallardo -
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rstrella olivares -
RENE LARA MARTINEZ -