CAFE CON LETRAS

MINERVA LOPEZ MENDEZ

“Merejina:
sobre el cerro de las gentes del Merejina
un perro aúlla.”
   Poema de los Warao. Venezuela.
   Recopilación de Ernesto Cardenal.
¿El pretexto? Cualquiera era bueno. El modo, deleznable. Los fines: Casi seguro, no los que aparentan o “transparentan”, pero nunca, nunca se justifican los medios.
Y una se pregunta si en San Salvador Atenco se inaugura ¿la guerrilla urbana? ¿una pequeña dosis de los conflictos pre o post electorales? ¿una estampida de la gobernabilidad? ¿una escalada de errores (ni lo mande Dios) que llevarían a una presidencia interina?  ¿un insólito abordaje a cualquier Ipiranga por muchos de nuestros políticos? ¿una puesta en jaque a la gran ciudad? ¿o es tan solo una cortina de humo? ¿o, qué sigue?
 Y como quien no quiere la cosa, la mesa puesta --aunque algunos dicen, por supuesto, sin poderlo probar, que bien puesta pues pactada— Marcos toma el banquete y se sirve del opíparo festín de la barbarie para sus propios fines y se convierte –-se dice en los corrillos cafeteros-- de Zero a la izquierda en Cero a la derecha, seguido de otros ceros. Vaya usted a saber.
Y en hablando de otros medios, una bella conductora de TV Azteca, con timbre de voz al parecer extranjero, califica a los tres mil integrantes de las policías que irrumpieron en San Salvador Atenco, armados como Rambo, de “fuerzas del bien.” Así, de golpe y porrazo nos enfrentamos vía televisiva a una polarización del conflicto entre los “Buenos” versus los “Malos”, como si de las huestes de los míticos combates del Armagedón se tratare.
¿La violencia como legítimo recurso del Estado?  Hummm. ¿Dónde hemos visto esa película?
Mejor a otra cosa lector y comparto con usted un poema de los Yumas, Estados Unidos, recopilado por el poeta Ernesto Cardenal en su libro Antología de la Poesía Primitiva, Alianza Editorial, Madrid, 1979:
“La lechuza silbó y habló de la estrella de la mañana.
Silbó otra vez y habló de la aurora.”
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