CAFE CON LETRAS
Por MINERVA LOPEZ MENDEZ
“¿Hay acaso un lenguaje? Ponlo en duda,
que te juzguen, condenen, desconozcan,
amigos no te quedan ni palabras.
Solitario recorres ciudades extranjeras
y en voz baja murmuras sonidos de disparidad.
Acaso ciertas veces las cadencias encuentras
en el ritmo del cuerpo en movimiento,
y son momentos de felicidad.
Harto y cansado al fin hacia un sórdido
bar tus pasos te han llevado
e intentas encontrar en el hastío
patéticos y breves
instantes de sensualidad.”
Alfonso Costafreda. Poeta catalán.
Ediciones Júcar. Madrid. 1978.
Que el águila no caza moscas es algo que al fin recordó Madrazo. Se bajó del cuadrilátero de los insultos y volvió a la sobriedad que lo caracteriza, al discurso temperado, a los modales de político tan necesarios en la contienda navajera y callejera en que han intentado convertir la campaña presidencial. Y dicen en los corrillos cafeteros periodísticos –donde todo se sabe y vaya a usted a saber porqué nunca se publica- que algo trae entre manos el priísta, pues la serenidad que ostenta –-dicen-- solo puede deberse a dos cosas: Dejó el pleito a quienes lo iniciaron y pretendían que siguiera en el dislate y fue directo y sin escalas por el voto de los que quieren un gobierno apegado a la ley y al respeto que merecen gobernantes y gobernados. Podríamos decir que casi todo el electorado. Pero eso lo sabremos el dos de julio. Al tiempo.
En tanto, Andrés Manuel López Obrador, el perredista puntero en las encuestas, espera con nerviosa parsimonia que el bumerang calderonista contra la escritora Poniatowska haga el daño de un obús en el castillo de naipes albiazul.
Error garrafal calderonista echarle lumbre a un fuego que difícilmente podrá apagar. Olvidó que es legendaria la solidaridad de los intelectuales. Pintores, escritores, periodistas, poetas, bailarines, críticos de arte, cineastas han tendido la mano fraterna y solidaria a quien se ofendió injustamente. Elena, la escritora de tantas y valiosas obras no necesita ni puesto público ni reconocimientos. Talento y fama le sobran. Su calidad moral no está a discusión. Y su palabra goza de una credibilidad que muchos quisieran.
Tal vez los estrategas de publicidad del candidato panista quieran que tal se tome como parte de la guerra electoral pero la terca realidad es que pocos intelectuales (¿habrá en este momento alguno?) estarían dispuestos a apoyar a Calderón de la manera abierta como la señora Poniatowska ha hecho con López Obrador.
Y las preferencias electorales de la escritora son tan respetables como las de cualquiera. Así es en toda democracia. Aunque a don Felipe no le guste.
Mejor a otra cosa, lector. Y comparto con Usted dos poemas del poeta catalán Alfonso Costafreda, (1926-1974) denominados Los Dioses, y, A nada es comparable:
“No se obstinen los dioses
en proteger lo que nos queda,
que hagan decentemente su trabajo
tan solo un breve gesto y recuperen
lo que les pertenece.”
“Existe una hermandad no describible
entre nosotros, una señal segura
que enormemente brilla. De tu sueño
la lejanía a nada es comparable.”
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