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REPORTAJES METROPOLITANOS

¿QUIEN ERA DRACULA...?

¿QUIEN ERA DRACULA...?

* ¡Vampiro o Sádico?

Por MARIA RITA PALOMARES A.

Vlad Dracul (Drácula), fue una figura histórica que gobernó Rumania por el siglo XV y sentó una marca de crueldad y homicidios. Sospechado de vampiro por sus contemporáneos, inspiró al irlandés Bram Stoker, a escribir Drácula, la novela que llevo a la fama a este personaje.

El conde Drácula,  personaje de la novela de Bram Stoker popularizado en el cine por Bela Lugosi, Christopher Lee hasta llegar a Gary Oldman, es la base de nuestra imagen de vampiro.

Bajo la carga  del romanticismo de Stoker, casi se pierde la figura histórica de Vlad Dracul, “el empalador”, terror de los turcos y príncipe de Transilvania, porque en las guerras “empalaba” a sus enemigos  clavándoles lanzas de madera con un pico de plata, directo al corazón.

Por eso decían que cuando mataran a un vampiro sólo lo lograrían con un  una estaca en el corazón.

Tras años de luchas intestinas su padre Vlad consolidó su trono y se decidió a tener hijos, entre los que nació Vlad Dracul, su futuro sucesor. Este se creció entre batallas, pillajes y ejecuciones, mostrando desde niño una morbosa fascinación por las mazmorras de su padre.

Al crecer, los vientos de la política lo llevaron a servir como oficial del Sultán turco. Finalmente a los 25 años, tomo el trono de su padre, y ahí comenzaron los problemas. Su primera medida fue la de ejecutar a todo el consejo de Boyardos que tradicionalmente moderaba a los príncipes.  Primero empaló a la sus mujeres y niños. Los hizo trabajar reconstruyendo una fortaleza y cavando túneles. Según las crónicas, uso su sangre para teñir de rojo el cemento de la torres. Esa crueldad era solo el comienzo.

Vlad Dracul desató un reino de terror que transformó Rumania en una tierra sin crímenes, sin insultos, ya que la menor contradicción a la voluntad del príncipe significaba la muerte inmediata. Una delegación de diplomáticos italianos lo vivió en carne propia cuando cortésmente se negaron a sacarse el sombrero en presencia de Dracul; esto enfureció al príncipe y ordeno se le clavasen los sombreros en el cráneo usando piezas de plata y un gran martillo.

Vlad recorría el castillo de noche disfrazado con ropa sucias y humildes, para vigilar a sus sirvientes; cuentan las crónicas contemporáneas que una noche el príncipe mando llamar a unas de sus sirvientes a su habitación, al día siguiente sobre el lecho de Vlad se encontró el cadáver de la joven completamente desangrado, pero sin el más mínimo rastro de violencia en su cuerpo, la madre de la joven que también pertenecía a los criados del castillo murió dos años después atormentada con la idea que su hija venía todas las noches a su cuarto e imploraba que le diera descanso eterno.

Todos estos sucesos llevaron a que sus súbditos aseguraran que verdaderamente Vlad Dracul era el hijo del diablo y que a pesar de haber muerto su maléfico espíritu rondaría por siempre en busca de su alimento, la sangre humana.

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