ASFALTO
* Utilizan a la Guadalupana Como Propaganda Panista
* “Jelipe” Firma Autógrafos en Estampas Católicas
* Ni el Papa ni Arzobispos se Atreven a Hacerlo
Por MANUEL MAGAÑA CONTRERAS
Con absoluta falta de respeto a la Virgen de Guadalupe y a la Fe del pueblo de México, el Partido Acción Nacional, que ha hecho de la religión politizada una próspera industria y fuente de enriquecimiento para sus candidatos, gobernantes y selecto grupo de sus acaudalados líderes, utiliza a la Guadalupana para su proselitismo electoral con vistas al inminente 2 de julio.
Ni el Papa Juan Pablo II, ni el cardenal Norberto Rivera Carrera, ni alguno de sus antecesores ha firmado autógrafos en estampas de la morena del Tepeyac. Tampoco recurrieron en esta práctica los mexicanos que dieron su vida en defensa de la fe católica en la lucha Cristera y ahora gozan de la devoción de los feligreses por haber sido elevados a los altares en calidad de beatos o de santos.
El conocimiento que se tiene a la mano es que ellos jamás firmaron autógrafos en las estampas guadalupanas. Sin embargo el grisáceo candidato presidencial panista sí puso su dedicatoria y firma en estampas religiosas dedicadas al quien lo solicitara - durante un convivio, el pasado 3 de mayo, Día de la Santa Cruz - con albañiles de una de esas empresas inmobiliarias, favorecidas por el Presidente Fox, mismas que han hecho cera y pabilo con quienes adquieren “viviendas de interés social”, puesto que los endeudan para toda la vida, con absoluta ausencia de la caridad cristiana.
“Jelipe”, el abanderado del Partido Acción Nacional, llamado coloquialmente “El Partido de los Fariseos”, se sintió más facultado que Juan Pablo II o su sucesor Benedicto XVI para estampar su rúbrica con un pensamiento dedicado a quien lo solicitara, durante la citada reunión, organizada por la próspera empresa, de acuerdo a una nota en la revista “Proceso”, basada en información del reportero Ernesto Núñez, publicada en el diario “Reforma”, el pasado 4 de mayo.
Como si el autógrafo fuera poco, el tal “Jelipe” repartió las estampas de la Virgen de Guadalupe acompañadas con la frase: “Mi Oración por México”. Se refiere que los aproximadamente 200 albañiles que en la mencionada reunión conmemoraron el “Día de la Santa Cruz”, se vieron sorprendidos cuando apareció en escena “Jelipe”, puesto que a ellos se les invitó a un festejo normal del tres de mayo, más no a un acto político- religioso.
Apenas una hora antes se les informó de la presencia del panista y tuvieron que esperar 60 minutos más para que empezara el mitin electorero. Ante la tardanza, muchos concurrentes recibieron a “Jelipe , con vivas para sus candidatos rivales, sobre todo en pro de Andrés Manuel López Obrador, abanderado de la coalición “Por el Bien de Todos, Primero los Pobres”.
Desde 1939, año de su fundación, el Partido Acción Nacional ha incurrido en falta de respeto a la fe del Pueblo de México, puesto que ha hecho de la religión politizada, su vehículo más eficaz en busca del poder.. Menos mal si los panistas en verdad se portaran de acuerdo a los lineamientos de la fe que dicen profesar, pero como son poseedores de una doble moral, su conducta no procede de acuerdo a los principios religiosos que presumen poseer.
Esa doble moral de “Jelipe” y sus partidarios, contrasta terriblemente con lo que dicen ser. .Por ello, la corrupción, la impunidad, el enriquecimiento rápido a base de influencias, el empobrecimiento general del pueblo de México,. La mentira, los abusos, etc., como en los mejores tiempos priístas, ahora son más abundantes que antes.
Menos mal que fueran congruentes con la conformación de los principios religiosos que tanto presumen. A la religión, hasta ahora, la han utilizado los panistas par escalar el poder, puesto que las ínfulas de católicos que muestran, tienen como propósito en que el pueblo católico de México vote por ellos.
Las peores anomalías en México, sobre todo a partir del año 2000, cuando el panismo alcanzó el poder máximo en México, proviene precisamente de l abuso de la convicción religiosa con fines políticos. Con descaro, se trata de identificar la fe católica con la política blanquiazul, lo que ha resultado en perjuicio tanto en perjuicio de esa creencia como de la ciudadanía que sufre los estragos de la doble moral que genera corrupción en todos los órdenes de la vida.
Por esa doble moral de esos fariseos, a los que también se les denomina “sepulcros blanqueados” – blancos por fuera y podridos por dentro -, mezclan la religión con lo político, y la corrupción y la impunidad se incrementan. No hay límite para sus dislates y mientras ésta indebida mezcolanza continúe, seguirá la degradación de la religión y la política, con graves consecuencias para toda la explotada sociedad mexicana.
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